Sacerdote: ¡Hola señora! ¿Que necesita?
Señora: ¡Hola Sacerdote! Necesita perdon de mis pecados... por favor.
Sacerdote: Sí, un momento, por favor. *él deja*
*él vuelve con un gato*
Señora: ¿Que es eso?
Sacerdote: Un gato.
Señora: ¿Para mí?
Sacerdote: Sí, pero es un gato muy especial.
Señora: ¿Cómo?
Sacerdote: Este gato escucha sus oraciones.
Señora: *de mala gana* Bueno...
Señora: Señor Gato, tengo muchos pecados en mi vida, pero un en particular. Obviamente, soy muy gorda. Yo como demasiado todos los días. Es una problema muy mal. Ayúdame, por favor.
Gato: Sí, sí. Mire en un espejo y su problemas se han ido.
*Mira en un espejo y ella es flaca*
Señora: ¡OOOOH, GRACIAS GATO! Yo soy flaca finalmente.
*Ella sale*
Sacerdote: Jajajaja, es un espejo de una casa divertida.
Gato: Y ella no es flaca, es gorda como siempre.
